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Y tú, ¿Por qué no te lanzas?


La evolución criolla del “¿Tú qué propones?”

La política es el centro de la vida del venezolano. El futuro de alrededor de 30 millones de personas depende de la resolución de una crisis política que ya cuenta 20 años.

Todos los venezolanos creen saber de política, materia muy seria de la cual no saben ni siquiera los periodistas que cubren la fuente, quienes no son más que replicadores de la agenda impuesta por alguno de sus amos. Los mejor preparados e intencionados relatan solo la cotidianidad (más evidencias de la gran farsa en la que hemos estado inmersos todos estos años). De política no saben ni los políticos venezolanos. Si hurgamos en sus trayectorias difícilmente encontraremos alguna obra escrita, pues sus artículos de prensa (quienes publican) son, en muchos casos, escritos por terceros.

Encontramos en ese espectro que podemos denominar “políticos venezolanos” al menos tres segmentos generacionales: los que no supieron detener a Chávez, ya que fueron los creadores del sistema político venezolano; los que estaban llamados a relevar a ese grupo bajo ese mismo sistema político y a quienes Chávez no dejó; y los que insurgieron contra Chávez, pero aprendieron a hacer política de los dos grupos anteriores, por cuanto asumen y aceptan el sistema político venezolano como legitimo y aspiran de igual forma a usufructuarlo.

Sistema político venezolano

Al hablar de sistema político venezolano nos referimos al modelo rentista de conciliación de élites sustentadas en la renta petrolera, que -una vez satisfechas con la repartición de su cuota a lo interno- distribuyen lo que les sobra, en forma de miseria, a la población. Esto lo describe con cruda claridad Juan Carlos Rey en La crisis de la democracia venezolana y el pacto populista de conciliación de élites

¡NO DISCUTIRÉ AL RESPECTO! Venezuela funciona así desde 1958 y sigue funcionando así, el chavismo lo único que hizo fue desplazar a unas élites políticas y económicas y crear sus propios grupos de influencia. Obviamente, profundizó la corrupción, el reparto de renta y, además, creó su propia oposición pusilánime, abyecta y funcional a su proyecto, manteniéndola “pegada a la ubre” de la repartición de renta.

Los influencers y los “agentes del G2”

A esta realidad (la política y la comunicacional) hasta ahora descrita se une el fenómeno de las redes sociales. Estas funcionan como una rueda de molino, los usuarios consumen información (buena o mala) de otros usuarios y grandes medios, y esta información se recicla en las redes bajo la interpretación de “influencers” y público general.

En esa rueda de molino se van decantando varios segmentos de opinión; en el sector opositor al régimen podemos definir dos grandes bloques: los que creen ciegamente en lo que dicen y hacen los jefes políticos opositores -y sus agentes de propaganda-, y los que sistemáticamente dudan, critican, increpan y exigen resultados a los jefes políticos opositores y a sus agentes de propaganda.

Del primer grupo se dirigen frases hacia quienes dudan como “tú que propones”, “suma no restes”, “el G2 te está manipulando/pagando”, “eres un chavista de clóset”, “¿tú qué has hecho?” y la que da título a este artículo: “y tú, ¿por qué no te lanzas?”

Esta última frase refleja la enorme estupidez, desconocimiento y falta de seriedad de la que en general hacemos gala los venezolanos si de política se trata.

Durante mi posgrado en Ciencias Políticas tuve un profesor que en varias oportunidades usaba una frase tan cierta como trágica: “Para hacer política se necesitan tres cosas, dinero, dinero y más dinero”, y es cierto, con dinero compras propaganda, pagas periodistas, contratas un media trainer que te enseñe a hablar y a sonreír ante los medios, etc.

Con dinero se hace prácticamente todo en política. Construyes un partido, pagas equipos de prensa, pagas estructuras regionales, promueves uno o dos “líderes” más dentro de tu partido (eso sí, que no sean muy líderes para que no te opaquen), y así se van construyendo narrativas, historias y mitos en torno a estos personajes o al partido (en realidad en torno al dinero invertido con tales fines).

Poder económico

A la luz de estos hechos, la vida política depende en gran medida de la capacidad de acumular poder económico. En Venezuela podemos hacer una descripción superficial de esta realidad para entender el posicionamiento de los dirigentes y sus partidos en el panorama político actual.

El PSUV es el dueño absoluto de la renta petrolera, así que, así no tengan un solo simpatizante fuera de la estructura partidista, siempre tendrá la capacidad de hacernos creer que sí; usarán todo el poder económico para pagar propaganda y movilizaciones.

AD y COPEI, venidos a menos una vez desplazados del poder, son cadáveres ambulantes, en particular COPEI; por su parte, AD experimenta un resurgimiento luego de que se arrimase al régimen a través del ocultado caso de Derwick Asociate, empresa que obtuvo millonarios contratos del régimen, y en la cual el cuñado del presidente de AD, Henry Ramos Allup, es socio.

El partido Primero Justicia tiene a Julio Borges, su arquitecto, y este más que un buen político ha sido un estupendo “Fundraiser” (recolector de fondos). Cuando PJ entró en la vida política del país ya contaba con el financiamiento de importantes grupos económicos, una vez que tomaron algunas gobernaciones y alcaldías mantener el partido se les hizo muy sencillo (si, en Venezuela los presupuestos regionales también mantienen partidos políticos). Dentro de PJ la imagen de Henrique Capriles constituye además un proyecto familiar.

Sin embargo, el proyecto familiar más resaltante se llama Voluntad Popular, este es el proyecto de la familia López Mendoza, encarnado en su hijo Leopoldo López, quien fue preparado deliberadamente durante años para ser presidente. Esta preparación fue inequívocamente acompañada por una acumulación de capital para tales fines.

Voluntad Popular es una gran máquina de recoger y gastar dinero. Grupos económicos, agencias de cooperación internacional y bolichicos invierten su dinero en la tolda naranja para pagar lobbys comunicacionales, influencers, senadores y diputados dentro y fuera de Venezuela, además de obviamente mantener los sueldos de las estructuras del partido y sus sedes en cada región del país.

¡ASÍ FUNCIONA LA POLÍTICA! En esa realidad se secuestran las esperanzas del país (de cualquier país), se esfuman las buenas intenciones de quienes entran a un partido por vocación, esas buenas intenciones se ahogan en “la línea del partido” impuesta por el que crea la estructura económica y por sus acreedores. En esa realidad quedan al lado del camino verdaderos liderazgos y visiones idóneas para rescatar al país.

Pero la intención de este artículo no es denunciar esta realidad, mi intención es señalar la banalidad, superficialidad e ignorancia de quienes alegremente, en un desesperado intento por mantenerse aferrados al inocultable fracaso, espetan :“Y tú, ¿por qué no te lanzas?”.

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