+1 786 837 6338 / +34 910 817 089

Venezuela 2019: lo que vemos y lo que no

En un país con una inflación interanual de 2.688.670%, según datos de la Asamblea Nacional, y con 775 presos políticos, según la última actualización del Foro Penal Venezolano, se pretende imponer una “normalidad” desde las esferas de poder, tan macabra como hilarante.

Hoy en día el dólar paralelo supera los 6.000.000 Bs S, ubicando el salario mínimo en 7$ aproximadamente, además, los índices de desnutrición infantil aumentan y la industria petrolera se desmorona con un precio de 65.59$ por barril y una baja en las exportaciones. Según la agencia S&P Global Platte Analytics, Venezuela produce 476 mil barriles diarios.

Por otra parte, en el sector de la salud las cifras son alarmantes, de acuerdo con la oficina humanitaria de la ONU 1.9 millones de personas requieren de asistencia nutricional, 2.8 millones de asistencia médica y 4.3 millones no cuentan con servicios básicos de agua y saneamiento, a esto le agregamos los datos de la Asociación Civil Convite que indica que 75% de los centros de salud pública no reciben agua de forma continua, lo que ocasiona un aumento de las enfermedades.

Lo que a grosso modo vemos es una radiografía clara de una catástrofe a gran escala en todos los sectores, sin mencionar la destrucción de las telecomunicaciones, el servicio eléctrico y la escases de medicamentos e insumos básicos.

Crisis política

Pasamos al terreno del conflicto político y la lucha por el poder, el control de las percepciones y el teatro de operaciones.

En un país anárquico, deteriorado sistemáticamente, tanto el gobierno como la oposición concentran sus estrategias en el tablero político utilizando sus mejores acciones: por un lado, un régimen escuálido que apela a la fuerza y a la manipulación para obtener control sobre la población y sus propios adeptos, y por otro, una oposición que rasguña las debilidades del régimen y las transforma en pequeñas oportunidades de ataque, pero que aún sigue sin definir cuál es el remedio para acabar definitivamente con la enfermedad. Intervención o elecciones libres son algunas de las opciones que están sobre la mesa.

La situación en Venezuela puede verse desde dos pantallas -si se quiere-, una que enseña la cruda realidad sin colores políticos y otra que difunde un verdadero “Reality Show” fabricado por dos grupos: el que aspira a quedarse y esta dispuesto a todo, y el que quiere llegar al poder, pero que aún no está dispuesto a darlo todo. En este entramado mediático solo se ve lo que se quiere mostrar, pero no lo que se debe mostrar.

Al final, lo único que le interesa -por ahora- a la ciudadanía no es qué liderazgo acapare los titulares o la opinión publica, tampoco la actuación de un partido político y sus consignas, sino las soluciones tangibles a los problemas de carácter social, y una clara dirección estratégica que permita afrontar la crisis y ejecutar una pronta transición política hacia la democracia.

Conseguir un verdadero quiebre en la coalición dominante requiere de amplia visión político – estratégica, responsabilidad y tino, es por ello que la población debe comprender que es necesario atravesar un camino conflictivo y hostil, ya que en la lógica de quienes hoy detentan el poder, este solo se retiene por la fuerza y no por la legitimidad que nace de la voluntad de los ciudadanos.

Leave a Reply