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“Océanos Azules”: una estrategia para construir partidos

Casi tres décadas después de la caída del Muro de Berlín la izquierda sigue vive en América Latina, EEUU y gran parte del mundo, incluso en posiciones de poder ¿Por qué? Simple, porque la derecha ha estado ausente de las peleas electorales y en muchas ocasiones ha caído en “me-tooism” (igual yo), una gruesa equivocación de lanzar ofertas electorales muy similares a la izquierda; el arte mercadotécnico es distinguirse, no es igualarse.

Para distinguirse primero hay que conocerse, la derecha debe sentir orgullo de su cultura. El teólogo y político Abraham Kuyper, quien fue primer ministro de Holanda, lo puso así:

“La derecha defiende el orden social descentralizado: la familia, la economía, la educación, la ciencia, arte, cultura y religión son ‘esferas separadas’ del Estado. Y el Gobierno solamente garantiza seguridad, justicia y obras de infraestructura, con impuestos moderados y a iguales tasas; no se ‘enseñorea’ sobre las instituciones propias de cada esfera, ‘soberanas’ cada cual en la suya”.

Con principios tan sólidos es un error querer imitar a la izquierda, es mucho mejor tener una estrategia de largo plazo que nos permita ganar terreno para las contiendas electorales.

En el año 2005, los profesores W. Chan Kim y Renee Mauborgne diseñaron la estrategia de los “Océanos Azules”, cuyo principio central es reconstruir las fronteras del mercado a fin de separarse de la competencia. “El esquema de las seis vías” es la herramienta principal para construir “Océanos Azules”, un instrumento que tranquilamente puede adaptarse a la política y a la construcción de partidos.

Veamos…

Primero, ampliar la agenda de discusión política, es decir, poner en el tapete temas de fondo y no de forma, por ejemplo: la estafa del sistema de pensiones, la inmoralidad de la regulación de las tasas de interés o la legalización del “homeschooling”.

Segundo, realizar alianzas con los grupos estratégicos para afianzar una militancia dura.

Tercero, no competir por los mismos votos; la mayoría de los partidos políticos quiere conseguir el voto de la clase media con educación universitaria, pero en países agobiados por impuestos y regulaciones contra el libre mercado es mucho mejor enfocarse en el sector informal.

Cuarto, ampliar la oferta; en periodos electorales todos prometen acabar con la corrupción y construir un mejor país, pero la verdad es que esas son promesas demagógicas, estatismo sin corrupción es como buscar que un bebé no ensucie los pañales. Para la derecha lo importante es el sistema, nosotros ofrecemos “despenalizar el capitalismo” para que cada quien gane lo suficiente para pagar sus propias cuentas.

Quinto, construir un discurso emocionalmente atractivo, “populismo de derecha” lo llama la economista colombiana Vanesa Vallejo.

Y sexto, explorar la dimensión temporal; no se trata de predecir el futuro, lo cual es inherentemente imposible, sino de identificar caminos nuevos y potenciales lideres que nos permitan ser una fuerza política con proyección de largo plazo.

Nuestros países han sido secuestrados por los socialistas, veteranos en mentir y engañar,  la construcción de una derecha es vital para rescatarlos, pero toda acción debe partir de un plan estratégico muy bien diseñado; “planificar para no cometer suicidios políticos”.

@hugobalderrama

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