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Fenómeno Bolsonaro: ¿el fin de la izquierda en Brasil y LA?

Inicia el 2019 con importantes cambios regionales, específicamente en el territorio brasileño, con la toma de posesión de Jair Bolsonaro, quien aventajó al socialista del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, garantizando de forma definitiva el avance por el desplazamiento de la izquierda, no sólo en Brasil sino en América del Sur.

Bolsonaro, un militar conservador y nacionalista de línea dura, se ha mantenido frontal desde su postulación como candidato presidencial en la lucha contra la izquierda, tanto en Brasil como en el resto del hemisferio, específicamente en territorios como Venezuela, Nicaragua y Cuba, gobernados por Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel respectivamente.

Estos países enfrentan violaciones de derechos humanos, altos índices de corrupción y ruptura de la democracia e institucionalidad.

Tras sus dos discursos de toma de posesión, ratificó la postura adoptada durante su campaña presidencial, garantizando seguir la línea de promesas en temas sociales, de seguridad, economía, y política exterior, lo cual ha generado reacciones en diversos medios de prensa y televisión respaldados por pseudo periodistas que se han encargado de desprestigiar y calificar al actual presidente de “caudillo, misógino y homofóbico”. Además, lo acusan de ultranacionalista al estilo de Hitler y Mussolini, acusaciones que resultan típicas en el libreto de la izquierda.

Planes en materia económica y social

Luego de una fase económica recesiva y elevados niveles de endeudamiento entre 2015-2018, aunado a grandes problemas sociales como alto nivel de desigualdad social, desempleo y corrupción, la meta planteada por el nuevo gabinete es redirigir la economía brasileña hacia un liberalismo ortodoxo basado en ajustes fiscales, reducción de la deuda pública, descentralización de la figura del Estado en el sector económico mediante privatizaciones de empresas estatales, y promover la seguridad y el respeto a las inversiones para, de esta forma, generar confianza en los financistas como medida para atraer capital extranjero directo.

En términos sociales, Bolsonaro apuesta por la meritocracia como medida para erradicar el sesgo ideológico y las ideologías nefastas, mediante la buena educación y formación de personas preparadas para el mercado laboral y no para la militancia política.

Por otra parte, la seguridad y legítima defensa como garantía de que las personas puedan circular tranquilamente y se elimine de una vez por todas el crimen organizado, que se ha encargado de generar altos índices de violencia.

Nuevo reto en Política Exterior

El presidente Bolsonaro se ha comprometido a dar un giro en política exterior y a dejar atrás el declive internacional heredado de los gobiernos anteriores, dedicados a apoyar ideologías de izquierda mediante el fomento de foros de integración como la Unasur, la Celac y el Foro de São Paulo, lo que a partir de ahora será erradicado de la agenda gubernamental, así como también serán revisadas las relaciones con el Mercosur por estar clasificado como un bloque ideológico antes que económico.

Brasil sería ahora un Estado que preferirá relaciones bilaterales antes que las multilaterales y luchará contra la globalización.

En este contexto podría afirmarse que de forma paulatina el gobierno brasileño irá propiciando un congelamiento en las relaciones políticas latinoamericanas como parte de la lucha anticomunista y la defensa del occidentalismo. Esto generará un acercamiento con los Estados Unidos, país que desde la llegada de Donald Trump ha enfocado sus esfuerzos en contrarrestar el poder e influencia de Rusia y China en Latinoamérica, por lo que el mandatario estadounidense parece haber encontrado un gran aliado en su disputa global, principalmente con China.

Asimismo, siguiendo la línea de Trump, Bolsonaro ha manifestado su deseo en incrementar sanciones al régimen venezolano, dar por concluidas las relaciones con Cuba, así como su manifiesto en favor del traslado de la embajada de Israel a la ciudad de Jerusalén y la renuncia al Acuerdo de París.

Venezuela

El fin del régimen tiránico de Nicolás Maduro en Venezuela pudiera acelerarse con la constitución del eje Washington – Brasilia, dada la promoción de una salida miliar propuesta por el Presidente Trump, quien hasta ahora no había logrado encontrar un socio suramericano que apoye esta iniciativa; de momento se espera que Bolsonaro apueste por sanciones y el aislamiento de Caracas, pero su postura puede ser de crucial influencia en países vecinos como Colombia, uno de los principales socios de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

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