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El emprendimiento en los partidos políticos venezolanos

Por: Alicia Sepúlveda | Economista.

Emprendimiento, palabra “atractiva” que hoy día mueve millones de iniciativas en el mundo. Su significado está asociado a innovación, creación de valor, diseño de un modelo de negocio, entre otros aspectos que deben derivar en un proceso creador de un bien o servicio que será valorado por la sociedad y será objeto de un intercambio voluntario y generación de riqueza. Se habla principalmente de emprendimiento económico, tecnológico o social, pero muy poca referencia se hace al emprendimiento político y es precisamente ese el que quiero resaltar.

En el artículo Una teoría del emprendimiento político, Joseph T. Salerno y Matthew McCaffrey[1] refieren tres grandes ramas del pensamiento en la teoría del emprendimiento político. La primera se encuentra en la literatura de la elección pública y está centrada en buena parte en los aspectos de búsqueda de rentas de la actividad política en perjuicio de la competencia a través de barreras legales de entrada, cabildeo y prácticas de intereses especiales, intermediación en la legislación, creación de coaliciones, etc.; la segunda rama se centra en el elemento emprendedor más que en el político, y se basa en buena medida en la teoría empresarial de Israel Kirzner, que destaca la alerta y el descubrimiento como elementos clave en el comportamiento empresarial; allí el emprendimiento del mercado es una metáfora para un elemento emprendedor que existe en todo comportamiento humano. En esta teoría los emprendedores políticos son personas alerta ante oportunidades de beneficio en el sistema político. Estas dos literaturas a menudo incorporan una tercera aproximación basada en el nuevo institucionalismo, que destaca el papel de los emprendedores políticos en dar forma, cambiar y consolidar instituciones políticas.

Las tres ramas no son excluyentes, así podríamos pensar en partidos creando estructuras para incidir mejor en el diseño de una ley, por ejemplo una ley para el emprendimiento económico y/o miembros del partido capacitándose para identificar mejor los requerimientos de los electores a objeto de incluirlos en su oferta partidista, o simplemente promoviendo cambios constitucionales para generar nuevas reglas del juego.

Sin embargo, cabe entonces preguntarse, ¿dónde iniciaría un emprendimiento político que implique innovación en el diseño de políticas públicas, apertura a nuevas ideas y una amplia participación ciudadana en lo político y a través de los partidos? Considerando lo señalado por Salermo y McCarffrey, el emprendimiento político debe crear un “modelo de negocio político” que deje atrás la burocracia partidista, la falta de representatividad de los partidos y los nudos gordianos que impiden que las políticas públicas expresen las necesidades de los ciudadanos, asimismo deben generar soluciones de políticas públicas que minimicen el incentivo a la captación de renta y cabildeo de grupos de poder.

En ese contexto el emprendimiento político debería considerar la manera como se comunican los políticos hacia la sociedad, la transparencia en la rendición de cuenta y las estrategias que hacen certero el acceso de los líderes políticos a instituciones de poder.

Roberto Casanova[2] señala que los partidos políticos tienen seis dimensiones, las cuales enumera como: Procesos organizativos, programas políticos, procesos electorales, grupos de interés, Estado y los partidos, y finalmente otros partidos. Igualmente, al hablar de la historia de los partidos señala que a lo largo del siglo XX pueden distinguirse tres momentos en el sistema de partidos: uno de institucionalización originaria, otro de madurez institucional y, finalmente, uno de desinstitucionalización.

De allí se concluye que actualmente los partidos políticos de Venezuela están desinstitucionalizados, por lo que al final el emprendimiento político debería incentivar una mayor participación de los ciudadanos en las decisiones políticas, ello podría hacer que se reduzca el número de políticas públicas de altos costos y muy bajos beneficios. Los partidos políticos en toda sociedad que funciona juegan un rol importante en la creación del marco institucional que permite la convivencia pacífica, allí la importancia de que asuman el reto de emprender en lo político para generar un modelo de funcionamiento dentro de las dimensiones enumeradas, que sea creíble para los ciudadanos y que permita la alternancia de poder, garantía de una democracia liberal.

Las organizaciones tienen que luchar por su historia, considerando estrategias emergentes que son ideas de los colaboradores que van innovando y mejorando los procesos, y éstas tienen que ser motivadoras, coherentes y deben hacer sentido dentro de la organización. Deberían tener estructura y elementos de flexibilidad, además implican dar mayor valor, pensando en dar más de lo que hacen mis competidores. Cuando evaluamos los partidos políticos venezolanos, ¿se percibe algo de lo descrito? Es entonces allí donde hace falta y debe concentrarse el EMPRENDIMIENTO POLITICO.

[1] http://www.miseshispano.org/2017/08/una-teoria-del-emprendimiento-politico/ . Consultado el 06 de junio 2018.

[2] http://library.fes.de/pdf-files/bueros/caracas/09213.pdf . Consultado 06 de junio 2018.

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